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La Verdad Detrás de la Medicina: La Primera Ley Biológica y su Importancia en la Salud

Desmitifica las enfermedades y descubre la verdad detrás de la medicina. La Primera Ley Biológica ofrece una nueva visión sobre la salud humana, revelando la importancia de la conexión mente-cuerpo.
primera ley biológica de la nueva medicina germánica

Tabla de contenidos

Suponer que las enfermedades tienen su origen en desperfectos que obedecen a errores de codificación genética, no resuelve el problema central de la medicina: llegar a un punto de bienestar general, logrando la salud de la humanidad de manera eficaz y sostenible.

Vamos a dejar de lado el cinismo de la medicina hegemónica que mira para otro lado en lo que al ser humano y sus diversos procesos fisiológicos se refiere para centrarnos aunque sea por un momento en un punto realmente objetivo y concreto: la mente humana y su influencia en diversos procesos fisiológicos.

La mente tiene como base al cerebro y el cerebro se expresa en todo nuestro organismo mediante el sistema nervioso. Podríamos seguir profundizando en la mente, lo psicológico y sus diversas formas. No es necesario, ya que sólo basta tener un poco de sentido común para darnos cuenta que cualquier tipo de estrés psíquico tendrá repercusión en alguna manifestación orgánica, ejemplo: que en cualquier calle de la ciudad (algo que ahora sucede a menudo) nos amenacen en nuestra integridad física, y debido al incremento de las hormonas del estrés nuestra actividad cardiaca aumente notoriamente.

Todo profesional de la salud serio y dedicado entiende perfectamente ello como causa de los diferentes problemas de salud de sus pacientes, (o al menos, que esos problemas cotidianos influyen en el agravamiento de la enfermedad) pero la industria farmacéutica, terca, arbitraria y sin ningún tipo de conciencia frente a la realidad de los hechos, insiste en sus campañas de miedo para promover actitudes compulsivas en la sociedad.

Está absolutamente probado que un conflicto de tipo psíquico provocará una reacción a nivel cerebral, sin embargo, las neurociencias de la escuela tradicional (por razones que desconocemos) no quieren o no desean seguir el rastro de esos impulsos expresados en el cuerpo humano y sus diferentes órganos. Esos intereses económicos, que actúan como una entidad mafiosa, han buscado y buscan ridiculizar cualquier investigación al respecto, y esos mismos agentes, estos últimos años han querido silenciar cuanta investigación haya al respecto, tal como lo hicieron con el Dr. Hamer y su descubrimiento principal: las 5 leyes biológicas de la naturaleza

Hoy, vamos a tratar de entender la primera ley biológica de la nueva medicina germánica, a la que él denominó “ley de hierro del cáncer”.

¿Por qué del cáncer? Sencillo: descubrió las causas de esa enfermedad. Valiéndose de la radiología médica pudo hallar todas las señales conflictivas en las imágenes cerebrales de sus pacientes. A este fenómeno (las señales en el cerebro) con el pasar de los años se le denominó “Foco de Hamer”. Un Foco de Hamer (una huella difractográfica producida por un fenómeno bastante bien conocido en física, denominado “difracción de rayos x” ) determina a nivel cerebral el punto exacto del impacto conflictivo, así como el tipo de reacción a nivel orgánico o mejor dicho, el tipo de “enfermedad” que desarrollará la persona que experimenta un shock psíquico.

A ese “shock” se le denomina “Síndrome Dirk Hamer” o DHS, denominado así debido al shock traumático experimentado por el creador de la nueva medicina germánica, Doctor y Teólogo Ryke Geerd Hamer, cuando su hijo Dirk, producto de una herida de bala y una terrible agonía tras algunos meses de lucha, murió en sus brazos.

La primera ley biológica, por lo tanto, explica las causas respecto al surgimiento de diversas enfermedades, además del cáncer. Estas manifestaciones no deberían estar asociadas a un mal o desperfecto, sino que todo obedece a lo que él denominó un “programa especial de la naturaleza con pleno sentido biológico”. La enfermedad, bajo ese principio no existe, la enfermedad simplemente es un “cambio” orgánico que a menudo se expresa con diversos cambios fisiológicos y en la estructura orgánica. Esos cambios en modo alguno se deben a errores o equivocaciones de la naturaleza humana. Esos cambios no deberían ser vistos como un mal o enfermedad.

Criterios de la primera ley biológica

La primera ley biológica tiene tres criterios que es preciso desglosar:

1er criterio. Cualquier programa aparece con un DHS, que es un conflicto biológico

Es decir un conflicto de shock vivencial gravísimo, altamente agudo y vivido en aislamiento, simultáneo en los tres niveles: psique – cerebro – órgano.

2do criterio. Contenido del conflicto

La naturaleza subjetiva del conflicto determinará el impacto preciso en el órgano o los órganos correspondientes

3er criterio. Sincronía en tres niveles:

A nivel psíquico, cerebral y orgánico se desencadenarán una serie de eventos, desde el momento de la activación del programa hasta la finalización del mismo, y en todos los casos tendrán características o decursos bastante definidos y precisos.

La primera ley biológica rescata conceptos que la medicina hegemónica había desterrado bajo la falsa premisa de no poseer rigor científico. Todo psicólogo o antropólogo medianamente informado sabe que las culturas de la antigüedad mantenían la noción de que el origen de las enfermedades era de carácter psíquico, a lo que podemos añadir en palabras del propio Dr. Hamer, (también teólogo) que ello se debe a que el cuerpo humano es mucho más que un acumulo de sustancias y fórmulas químicas, ya que posee alma.

La excusa de la medicina hegemónica es el respaldo que le ofrece la tecnología. No negamos que existen aplicaciones muy convenientes que han demostrado un éxito rotundo al momento de abordar una condición de salud (un trasplante de riñón o el tratamiento para el asma, por ejemplo), pero es evidente, y muchos profesionales de la salud que forman parte del sistema lo saben, que la medicina se basa, en gran medida, en la administración de medicamentos sintomáticos, mas no en la aplicación de tratamientos eficaces que brinden una solución real a los padecimientos de los pacientes.

Sigmund Freud y Carl Jung expresan abiertamente que el origen de las enfermedades va más allá de lo físico, o tienen su causa en algo más que eso. La mayor parte del enfoque moderno respecto a las enfermedades trata el síntoma, aunque pretensiosamente se afirme que el enfoque va a las causas. Eso es falso, ya que esas causas van dentro (como afirmaba Jung y otros autores que expresan que el origen de los procesos orgánicos derivados en enfermedades se expresa en diversas formas metafísicas).

Entonces, el Dr. Hamer plantea algo por demás conocido en la antigüedad y en la piscología moderna y lo puede demostrar desde el método científico recalcitrante en donde los enfoques materialistas conciben al ser humano como un cuerpo que tiene a la mente como un epifenómeno del cerebro, del organismo y del sistema nervioso. La primera ley biológica se puede demostrar todas las veces que se haga necesario (como la ley de la gravedad), y tiene además naturaleza fáctica, irrefutable e incontrovertible.

A pesar de todo lo anterior y con respecto a la genética, se ha podido evidenciar que los conflictos biológicos, al generar cambios de tipo orgánico, necesariamente requerirán de cambios en la codificación biológica. Dr. Hamer pudo realizar investigaciones en el campo de la genética y plantear teorías al respecto, al establecer una relación entre la trisomía 21 (Síndrome de Down) y la manifestación de diversos conflictos de carácter biológico. Ello quiere decir, que cada vez que se genera un impacto biológico (un DHS) se activan ciertos mecanismos de interrelación entre el cerebro y los órganos y aún más allá, en las relaciones de interdependencia celular.

Podemos mencionar en este momento la investigación que hizo Alfred Pischinger al descubrir que el organismo humano es en realidad, una inmensa red de información, compuesto primero por células y después, por una matriz extracelular, interactuando ambas.

Siguiendo con el tema genético, es posible que cada vez que se active un “programa especial de la naturaleza con pleno sentido biológico”, mediante un DHS, finalmente las células, para provocar esos mismos cambios necesarios para desencadenar las diferentes adaptaciones, requieran de otro tipo de información (proveniente del núcleo celular, lugar donde se encuentra el adn) y todas esas expresiones que la ciencia médica atribuye como posibles causas del cáncer, no sean otra cosa que la modificación del tipo de información, que tiene como base la necesidad de ese ser de superar un desafío clave para su propia subsistencia.

Ahora, si el sistema médico hegemónico insiste en hacer negocios a costa del sufrimiento, dolor y muerte de los seres humanos, eso deja de ser parte de los avances de la ciencia y se convierte en una forma de sostener un negocio perjudicial para el bien común.

Equivocaciones como esa no son extrañas en la historia de la humanidad, acordémonos, sino, de la época de la esclavitud, o el negocio que se montó alrededor del consumo de opio, en china: no era el sentido común sino los intereses de ciertos grupos económicos los que primaban.

Actualmente, lo único que puede sostener a la industria farmacéutica son los lobbys y sus campañas publicitarias, algunas de ellas encubiertas.

Ante ello, se hace necesario que los funcionarios gubernamentales decentes le den oportunidad a los descubrimientos del Dr. Hamer.

También, se vuelve indispensable que las personas, los seres humanos abran sus mentes, se den una pausa en cuanto a sus preocupaciones del día a día, e incorporen en sus conciencias este conocimiento que cuando se aprende mientras estamos sanos, o sin alguna enfermedad encima (o un programa biológico bastante avanzado) definitivamente, salva vidas.

La primera ley biológica es un hecho objetivo, resiste cualquier análisis de fondo y se puede demostrar en cualquier hogar, auditorio y laboratorio de este planeta.

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