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Nueva Medicina Germánica: Abordando el cáncer de mama desde un diferente paradigma. 

Con la NMG, el cáncer de mama se comprende de una forma integral, uniendo biología y emociones.
Cáncer de mama según la Nueva Medicina Germánica

Tabla de contenidos

Con la NMG, el cáncer de mama se comprende de una forma integral entendiendo nuestra biología (nuestro organismo y nuestra psique)
El cáncer de mama es una de las supuestas patologías más comunes en mujeres. Al igual que con el resto de las llamadas “enfermedades”, desde la Nueva Medicina Germánica se entienden como programas biológicos de la naturaleza con pleno sentido (SBS) en este caso muy específicos y propios de la mama y sus diferentes tejidos. Vamos a analizarlos.

La Medicina Germánica y el cáncer de mama

No existe, desde la visión de la Nueva Medicina Germánica, un cáncer de mama propiamente dicho debido a que en este órgano existen diferentes tejidos que pueden verse afectados por diferentes conflictos, y aunque en algún momento puedan confluir, van a desarrollar programas biológicos propios y diferenciados del resto.

Así en este sentido podríamos tener un programa de epidermis de la mama, de la dermis o corion de la mama, de los conductos galactóforos, de la capa grasa, de las glándulas, incluso de los huesos, de las costillas, adyacentes a las mamas, manifestándose de manera absolutamente independiente en algunos casos o en otros casos mezclados, denominándose a todos parte de una misma enfermedad.

La importancia de la lateralidad manual en el cáncer de mama

¿Por qué el cerebro está dividido en hemipartes o hemisferios y qué relación tiene ello con la lateralidad manual de las personas? Si bien es cierto que a nivel orgánico es fácil observar la contra lateralidad que existe entre el cerebro y los órganos del aparato locomotor, es un hecho fantástico que por fin, aquello que muchos médicos clínicos o internistas pueden notar en su práctica profesional (la relación entre lesiones o fracturas espontáneas con ciertos tipos de problemas emocionales) ahora y con la nueva medicina germánica, es posible entender en una mayor dimensión ya que muchos de esos conflictos biológicos se manifestarán orgánicamente de acuerdo con la lateralidad biológica del paciente. Esto explica el por qué los zurdos, en algunos casos, presentan el doble de patologías “autoinmunes”, con relación a los diestros.

Profundizando en la nueva medicina germánica, la división del cerebro en hemisferios no es casual y obedece a un proceso natural de adaptación que tiene como objetivo establecer roles sociales y preparar los medios necesarios para la preservación de la especie, humana y animal.

Para el caso de las mamas femeninas, este hecho posee una relevancia fundamental, ya que una mujer, dependiendo de su lateralidad, podrá asociar sin mayor complicación la manifestación del “cáncer” con aquella persona que experimenta o experimentó el “trauma” psíquico. Una mujer zurda que presenta los signos y síntomas de un cáncer en la mama izquierda tendrá o habrá sufrido de un conflicto biológico con su pareja o padre; para el caso de la mujer diestra, si es en la misma mama, el conflicto habrá sucedido con sus hijos o su madre.

Este es un hecho fáctico que en la práctica terapéutica se puede evidenciar, una y otra vez, y que cualquier mujer que lee esta nota lo puede comprobar consigo misma.

La metástasis

Uno de los temas en los que va a haber siempre un desacuerdo frontal entre la medicina convencional y la Nueva Medicina Germánica es la cuestión de la metástasis.

Desde la medicina convencional habría que decir que la metástasis no es más que un asunto que a lo largo de la historia de la medicina clásica nunca estuvo del todo claro, incluso cuando en el siglo XIX Virchow y su patología celular, haya planteado que el cáncer se disemina en diferentes partes del cuerpo a través de los vasos sanguíneos y linfáticos, como si se tratase de una enfermedad contagiosa y muy a pesar de las transfusiones sanguíneas que se realizan desde el siglo XIX. Hasta donde sabemos, no ha existido (y dudamos que exista) una epidemia de cáncer debido al contagio, menos aún por recibir sangre de una persona con algún tumor.

El uso de este concepto o este diagnóstico no muestra más que un intento de la medicina por explicar algo que no entiende. Es una hipótesis que no ha podido ser demostrada.

Desde la Nueva Medicina Germánica está claro: la metástasis, es decir los nuevos cánceres, son a menudo resultantes del primero, son conflictos que se añaden producto de experiencias traumáticas añadidas, muchas veces por la situación emocional o de estrés que vive el paciente.

Evidentemente esto tiene mucho más lógica y sí puede ser demostrado, ya que cada conflicto deja una huella impresa en el cerebro y ello se puede observar con la técnica de la tomografía computada.

Además, claro está que cualquier paciente de cáncer podrá sentirse identificado con cualquiera de los conflictos que según la nueva medicina germánica, se asocian a la metástasis:

El cáncer de los ganglios linfáticos

Es por lo dicho anteriormente que es habitual que junto con el diagnóstico de cáncer de mama se suela dar el de los ganglios linfáticos adyacentes, incluso se extirpen aprovechando la posible intervención quirúrgica en la mama. Es por la falsa creencia que están afectados o se van a ver afectados por el cáncer original que casi siempre es acusado de “invasivo”. Esta es una creencia falsa, desde la N.M.G. se sabe que el conflicto de los ganglios linfáticos puede ser producido por un nuevo conflicto, en este caso la mujer no se siente capaz de deshacerse de “eso” que afecta a su mama.

No olvidemos que la acción del sistema linfático es filtrar y deshacerse de los residuos del metabolismo celular. Generalmente hay que tener en cuenta que los ganglios se pueden inflamar por un simple y natural exceso de trabajo: si el cáncer está en reparación la tarea de limpieza se incrementa y el ganglio se inflama para poder afrontar el exceso de trabajo puntual que requiere la reparación y limpieza del tejido afectado.

Los dos cánceres más habituales que afectan a la mama

Vamos a analizar en la siguiente parte de este artículo aquellos cánceres que afectan a la mama y que son los más habituales. Veremos que uno de ellos no debería ser considerado cáncer, aunque la medicina convencional así lo catalogue, hablamos del carcinoma ductal. El otro sería el adenocarcinoma de glándula.

El cáncer lobulillar o cáncer de glándula mamaria.

Descripción y origen

En este caso hablamos de un adenocarcinoma, es decir, del cáncer propio de las glándulas. Las glándulas mamarias son glándulas sudoríparas modificadas procedentes de la dermis invaginada, es decir, la hoja blastodérmica de la que proceden es el mesodermo antiguo que se regula desde el cerebelo.

Hablamos por tanto del funcionamiento bifásico propio de los tejidos de paleoencéfalo, que se caracterizan por proliferación en fase activa.

Las fases del programa de paleoencéfalo

En la fase activa del conflicto se produce un crecimiento del tejido, es decir, un nódulo compacto de adenocarcinoma de mama, que prolifera sin dolor. Puede notarse si el conflicto es agudo y el grupo de globulillos afectado por el programa crece cerca a la dermis de la mama.

En la fase de reparación, tras la solución del conflicto (conflictolisis) se detiene el crecimiento, se inflama y se produce una reducción caseosa con los síntomas propios de la vagotonía, esto sería en el caso de una reparación biológica, es decir, en presencia de los microorganismos correspondientes. En caso de que no estén presentes por cualquier razón (vacunas, fármacos, etc.) se producirá una reparación no biológica que consiste en la encapsulación del tumor por parte del tejido conectivo. A menudo, a ello le dicen “fibromas mamarios”.

La causa del conflicto

Los tejidos derivados del mesodermo antiguo responden, en general, a la necesidad de proteger la integridad física del individuo.

El conflicto específico de la glándula mamaria sería el de preocupación por alguien del “nido” (por su integridad). Y es porque la mama tiene una función fundamental dentro del nido: la de alimentar.

El cáncer ductal o de conducto galactóforo

Descripción y origen

En este caso se define como carcinoma y afectaría al epitelio interno de los conductos lactíferos que desde la glándula conducen la leche al pezón. Estos conductos son como una invaginación de la piel externa, es decir, la hoja blastodérmica de la que proceden es el ectodermo que se regula desde el córtex cerebral.

Hablamos en este caso del funcionamiento bifásico propio de los tejidos de neoencéfalo que se caracterizan por ulceración en fase activa.

Las fases del programa de neoencéfalo

En la fase activa del conflicto se produce una úlcera en el epitelio que generalmente es asintomática, puede generarse una retracción del pezón, pérdida de sensibilidad en el pezón y/o pérdida de memoria a corto plazo (siendo este un efecto propio de los conflictos de separación).

En la fase de reparación, tras la solución del conflicto (conflictolisis) se produce una proliferación celular que puede ser intraductal o infiltrante si el conflicto fue intenso, provocando una posible hipersensibilidad de la piel y dolor tras el pezón, entre otros síntomas.

La mama va disminuyendo de tamaño al final de la fase de reparación y se aprecian punzadas. No se debería por tanto considerar un cáncer sino un falso cáncer pues su proceso biológico se parece más al de un absceso curativo que al derivado de una tumoración cancerosa.

La causa del conflicto

Los tejidos derivados del ectodermo responden a diferentes necesidades en este caso, el conflicto específico de los conductos galactóforos sería el de separación (arrancado del pecho, del seno) del hijo/a (madre) o de la pareja, es decir, de alguien considerado como parte del nido. Al igual que en el cáncer glandular hay que tener en cuenta la lateralidad biológica:

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