En el mundo de la Nueva Medicina Germánica, a menudo se discute el concepto de «conflicto biológico». Pero ¿qué es exactamente? ¿Existe un conflicto biológico distinto o es algo completamente diferente?
En este artículo, analizaremos los principios fundamentales de la Nueva Medicina Germánica para desentrañar la relación entre los conflictos biológicos y los programas naturales del cuerpo. Vamos a desmitificar la terminología y obtener una comprensión más profunda de cómo funcionan nuestros cuerpos en respuesta a los desafíos de la vida.
El programa biológico
Este término es el que se usa más habitualmente para referirnos a lo que el Dr. Hamer denominaba SBS que son las siglas en alemán de lo que se traduce como “Programa Biológico Especial de la Naturaleza con Pleno Sentido”.
La Supervivencia biológica
Observando el devenir de la biología animal e incluso humana podríamos llegar a la conclusión, sin temor a equivocarnos, que dos de las prioridades que la vida o la naturaleza ha ido estableciendo a lo largo de su evolución han sido las de sobrevivir y reproducirse.
Por alguna razón que se nos escapa y que creemos que realmente sólo se puede abordar desde la filosofía, todas las especies vivas de este planeta responden a esas dos directrices fundamentales y que están innatamente grabadas en su psique más ancestral; por un lado la necesidad de sobrevivir, de existir, de vivir y por otro la de reproducirse, la de procurar que la especie perviva y ocupe su nicho biológico y prospere en él.
La Necesidad Biológica y la Función Biológica
Estas prioridades biológicas han generado mecanismos tan complejos que a veces merece la pena pararse a redescubrirlos y maravillarse ante el milagro de la vida.
Para que un ser vivo pueda sobrevivir, existir, ha tenido que resolver dos cuestiones fundamentales; por un lado, que su organismo pueda mantener su nivel energético; y por otro, que pueda reproducirse aprovechando el excedente energético.
Para mantener su nivel energético la biología ha tenido que desarrollar mecanismos a través de los cuales aportar a su organismo esa energía, y eso lo ha conseguido mediante la ingesta de nutrientes y agua, para lo cual ha tenido que desarrollar órganos encaminados a cubrir estas necesidades básicas; captación del nutriente (boca, dentadura, paladar), ingesta del nutriente (faringe y esófago), digestión del nutriente (estómago), absorción y eliminación (intestino, ano), etc.
Por expresarlo de alguna manera esta necesidad, esta función, genera los órganos correspondientes que van a ser los propios, en este caso, del sistema digestivo y urinario, aunque en realidad van a ser muchos más pues hay que detectar el nutriente y por lo tanto desarrollar órganos sensoriales a tal fin, etc.
No hay que olvidar que la necesidad de nutrición más básica es la relativa al oxígeno, sin él la vida no puede prosperar, por lo que aparecieron sistemas biológicos encaminados a captar y procesar el oxígeno (sistema respiratorio).
La necesidad básica de reproducción que mencionábamos en el párrafo anterior, tuvo como consecuencia el desarrollo del sistema reproductivo. En resumen, la Necesidad Biológica tuvo como consecuencia la Función Biológica y esta los tejidos, órganos y funciones correspondientes.
Entendiendo el Programa Biológico
Por tanto, se pueden entender que, la biología en respuesta a estas necesidades desarrolla diversas funciones y los mecanismos biológicos correspondientes.
De la misma manera, y desde un primer momento, estas necesidades, funciones y respuestas biológicas van a tener que quedar impresas en la biología para que de alguna manera se puedan gestionar permanentemente, así que surge la necesidad secundaria de crear un sistema encargado de esta tarea, naciendo en consecuencia los sistemas nerviosos central y autónomo.
Este se va a encargar de estar constantemente modulando la función de los diferentes tejidos y órganos en respuesta a las necesidades que el medio plantea.
El conflicto biológico
Generalmente asociamos el DHS al conflicto biológico, es decir un evento o circunstancia que propone la activación de un shock psíquico, altamente traumático o con gran carga dramática, que no podemos resolver en ese momento, es decir que no tenemos herramientas para procesarlo de otra manera distinta a la que nos propone el propio estado de sorpresa, shock, contrariedad o peligro, y que además es vivido en soledad o aislamiento; sin posibilidad de ser expresado.
¿Existe realmente el Conflicto Biológico?
Frente a lo que comúnmente se cree tenemos que decir que no. Existe el DHS, es decir, ese impacto circunstancial y personal, descrito en el párrafo anterior, pero no un conflicto biológico entendido como entidad propia o con existencia verificable, nuestra biología no ha previsto esta cuestión, no tiene un registro, frente a lo que se pueda creer, de “conflictos”, entendidos como distorsiones o anomalías que la biología tiene catalogadas, detecta y responde ante ellas. Eso no es así.
Los que conocen la NMG, hablan tanto de él que han acabado dándole “entidad biológica”. Y eso no es más que un problema conceptual, no hay una realidad que sustente eso que definimos como conflicto biológico.
Sentir biológico o expresión de la función biológica
Como bien hemos aclarado en el título anterior, existen programas biológicos que se encargan de responder a las diferentes necesidades que despliega un ser vivo. Esas necesidades se están expresando y gestionando diariamente, en todo momento.
Ahora bien, ese normal funcionamiento biológico se puede ver “intensificado” debido a que en un momento determinado la necesidad biológica pueda ser mucho más intensa o requerir de una mayor respuesta biológica. A esa, la denominamos DHS.
Adaptación biológica al conflicto.
Nos reiteramos en la afirmación que realmente no existe una entidad biológica denominada “conflicto biológico” que pueda activarse y perturbar el Programa Biológico. Nada más lejos de la realidad.
La función biológica se ve alterada por la aparición de una necesidad más intensa o urgente de lo normal que es la que propone un DHS.
Aunque la mayor parte de las veces no es real sino que es un el mensaje simbólico que la psique envía a la biología basado en sus propios engramas previos, es decir, las memorias neuronales de peligro que han quedado grabadas en la psique en forma de estructuras neurales automatizadas útiles para la supervivencia y la adaptación.
En resumen, la biología, el programa biológico, sigue respondiendo a la función biológica y a las necesidades de esta como lo hace constantemente, salvo que en el caso de un DHS experimentado por el ser vivo, esta función biológica es, digamos, más “intensa”. Nada más. No existe, por tanto, un hecho biológico que denominamos conflicto biológico que pueda proponer que el programa funcione distinto, que su funcionamiento sea diferente al habitual o que se sustituya por otra cosa diferente.